sábado, 18 de mayo de 2013

OBJETIVOS MACROECONOMICOS


Los objetivos más importantes perseguidos por la mayoría de los países y expresados mediante las políticas económicas son:

 Crecimiento general de la economía que se mide a través del crecimiento del producto nacional bruto. Producir más y mejores bienes y servicios para alcanzar un mayor nivel de vida.

 Pleno empleo de todos los factores productivos de los cuales dispone el país procurando que no haya ineficiencia y proporcionando empleos adecuados a todos los ciudadanos en disponibilidad de trabajar.

 Eficiencia económica: Lograr la máxima satisfacción de las necesidades utilizando los recursos productivos disponibles.

 Estabilidad de los precios a través del control de la inflación.

 Distribución equitativa del ingreso.

 Comercio económico equilibrado.

Los objetivos pueden ser complementarios o estar en contraposición unos de otros y ser mutuamente excluyentes presentándose incluso conflicto entre éstos, dado que para todos los casos un gobierno tiene que entrar a sopesar entre los impactos positivos y los negativos de cualquier medida o política económica buscando la mayor conveniencia para todos los diferentes agentes que intervienen, pero en muchas ocasiones políticas implican elegir entre objetivos rivales. Un país no puede tener simultáneamente un elevado consumo y un rápido crecimiento, la reducción del déficit fiscal exige que un país reduzca la inversión y el consumo del gobierno con aumento del desempleo.

Objetivos

1. NIVEL DE EMPLEO     : DESEMPLEO

    


El trabajo es uno de los principales mecanismos de inserción social. Es la principal fuente de ingreso de los hogares; ofrece posibilidades de expresión y desarrollo de las capacidades individuales; posibilita el acceso a la seguridad social; y es, ante todo, una vía para la inserción en el esfuerzo colectivo de creación de riqueza económica, cultural y social.

En la Colombia de hoy, el empleo es un problema prioritario. Un desempleo prolongado como el que ha vivido el país desde mediados de la década pasada, no solamente tiene efectos económicos sobre la producción, el ingreso y el consumo, sino que lleva a debilitar la integración social, coarta el desarrollo de las capacidades humanas individuales y colectivas y pone en juego incluso los principios democráticos. 

Varios factores se han conjugado en el precario resultado de empleo obtenido por el país en los últimos tiempos: reducción importante del crecimiento económico, recesión prolongada, exposición cada vez mayor a los flujos económicos internacionales que hacen más vulnerable al país; cambio en la estructura productiva inducido por la apertura comercial y las reformas de principios de los años noventa; incremento de la participación laboral especialmente de las mujeres; desvalorización de las competencias específicas de los trabajadores y dificultades para adoptar estrategias de formación de la fuerza de trabajo para responder a las transformaciones tecnológicas y de la estructura productiva.

Colombia tiene hoy en día una de las tasas de desempleo más altas del mundo. En los últimos años, el desempleo ha ocupado un puesto central entre los problemas del país.

Sabemos que el desempleo es un problema económico, puesto que surge de y se desarrolla en el funcionamiento del sistema económico. Pero no es solamente un problema económico; afecta la totalidad del entramado social, por lo que se constituye en un gran problema social.


2. NIVEL DE PRECIOS LA INFLACION



En Economía, se le llama inflación al incremento sostenido y generalizado del nivel de precios de bienes y servicios en un periodo determinado. Es bien conocido que un artículo que hace un año costaba $10.000 hoy puede costar $10.500 o más. Es el proceso contrario a la Deflación que consiste en la disminución de precios.
La existencia de inflación durante un período implica un aumento sostenido del preciode los bienes en general, lo cual afecta la capacidad adquisitiva de la población disminuyendo su capacidad de compra y por ende su calidad de vida.
Para poder medir el aumento de los precios causado por la inflación, se crean diferentes índices que miden el crecimiento medio porcentual de la canasta de familiar ponderada en función de lo que se quiera medir.
El índice más utilizado para medir la inflación es el Índice de Precios al Consumidor comúnmente conocido como IPC, el cual indica porcentualmente la variación en el precio promedio de los bienes y servicios que adquiere un consumidor típico en dos periodos de tiempo, usando como referencia la canasta familiar.
El IPC es el índice más usado, aunque no puede considerarse como una medida absoluta de la inflación porque sólo representa la variación de precios efectiva para los hogares o familias. Otro tipo de agentes económicos, como los grandes accionistas, las empresas o los gobiernos consumen bienes diferentes y, por tanto, el efecto de la inflación actúa diferente sobre ellos. Los factores de ponderación para los gastos de los hogares, o de presupuestos familiares, se obtienen mediante encuesta. En el IPC no están ponderadas ni incluidas otras transacciones de la economía como los consumos intermedios de las empresas ni las exportaciones ni los servicios financieros. No obstante, dado que no hay forma exacta de medir la inflación, el IPC (que se basa en las proporciones de consumo de la población) se considera generalmente como el índice oficial de inflación.
Aquí hemos visto que inflación se calcula con base al IPC, y que el IPC a su vez utiliza a la canasta familiar. Veamos entonces que es la canasta familiar.
La canasta familiar es un conjunto de bienes y servicios que consume un determinado estrato de la población. Esto se determina mediante encuestas que en Colombia las hace el DANE y se llaman las encuestas de Ingresos y Gastos. Con base en eso, se determina el conjunto promedio de consumo (o sea, la canasta familiar). Esto implica cantidades y calidades definidas. Esos bienes y servicios tienen por lo tanto, diferentes pesos (sus proporciones dentro del total en relación con el gasto que representa).
Con base en esa canasta, el DANE determina todos los meses los precios de los diferentes bienes y servicios y así se mide el valor de la canasta. Al convertirla en un índice (IPC, Índice de Precios al Consumidor) se puede calcular la inflación período a período.



3. DISTRIBUCION DEL INGRESO


Durante los últimos 20 años la distribución del ingreso en Colombia se ha deteriorado considerablemente. Este fenómeno ha sido muy estudiado en el agregado nacional, sin 
embargo, no sucede lo mismo con las diferencias regionales en la desigualdad. Hasta la 
fecha no se han discutido las razones por las cuales los departamentos y las ciudades más 
ricas, entre las que se destaca la capital de la República, tienden a encontrarse entre los 
menos equitativos.


La estrategia seguida consiste en modelar cómo sería la distribución del ingreso de los 
habitantes urbanos de Colombia si las 23 ciudades consideradas compartieran algunas de 
las características de Bogotá. Para esto se emplean métodos de micro-descomposición 
paramétrica. Lo que se encuentra es que la estructura de retornos y su interacción con la 
educación y el número de niños, así como los ingresos no laborales, se destacan entre los 
factores cuyos efectos son regresivos, es decir, que empeoran la distribución del ingreso. 

Por su parte, el factor más progresivo de la capital es su estructura ocupacional. Además se 
muestra que los efectos de simular en las distintas ciudades algunas de las características de 
la capital no son homogéneos, las ciudades con menor desigualdad tienden a sufrir mayores 
impactos regresivos.


4. CRECIMIENTO Y DESARROLLO ECONOMICO



Para un país con una de las infraestructuras logísticas más precarias de Latinoamérica y pese a las grandes bondades estratégicas que le ofrece su ubicación geográfica, resulta paradójico que el crecimiento económico en el 2011 haya alcanzado un 5,9% y que sus exportaciones, comparadas con las del 2010, tuvieran un incremento del 37,5 %, en contraposición a las no minero-energéticas que llegaron a un 16,2%. Lo curioso es que mientras el país todavía se solaza con los réditos del año pasado y las proyecciones para el presente señalan un horizonte todavía más próspero, sin igualar los porcentajes del 2011, un estudio más pausado del semblante económico nacional y sobre todo de su soporte invitan a una reflexión cautelosa.
Ciertamente, el petróleo ha sido uno de los “combustibles” que han impulsado en un alto porcentaje la economía colombiana y los índices de sus exportaciones. “Hoy en día le estamos aportando una renta muy importante al país por vía de impuestos y regalías. Este es el principal sector que genera inversión extranjera directa”, afirma Alejandro Martínez, presidente de la Asociación Colombiana de Petróleos (ACP).

“El sector le está generando a todo el país la posibilidad de acelerar su desarrollo económico y social. De allí se están generando recursos muy importantes para que haya inversión en factores como infraestructura, y eso se tiene que traducir en empleo y beneficios para muchas personas. Digamos que es la generación de una renta que acelera el desarrollo social de todos los colombianos”, indica Martínez. 
Esta bonanza no es gratuita, desde 2007, la producción de petróleo ha aumentado gracias a las inversiones hechas en yacimientos ubicados en campos viejos. A esto se le suma que los precios internacionales y la política gubernamental han redundado en un viraje favorable. Las inversiones en los campos existentes y los descubrimientos de pequeñas y medianas acumulaciones han alentado este boom.

En los años noventa, la inversión en la explotación del petróleo se había marchitado, en consecuencia, las reservas y la producción empezaban a declinar. Colombia vivía el efecto de los cambios hechos en las reglas de juego. La búsqueda del combustible era precaria y se estimó que de ser exportador, Colombia tendría que convertirse en importador. Según Fedesarrollo, la proyección indicaba que se pasarían de exportaciones superiores a los USD $6.000 millones en el 2002, según precios de hoy, a importaciones mayores a los USD $3.000 millones en el 2010.

No obstante, la nueva política petrolera ha demostrado ser un éxito con base en la atracción de capital privado de riesgo, el aumento de la efectividad y transparencia institucional, la mejora en el recobro y la producción existente, así como en la mitigación del impacto macroeconómico por la pérdida de autoabastecimiento. Hoy se nota un gran dinamismo en la exploración, aunque aún no se han dado descubrimientos significativos que reemplacen la producción en el largo plazo.

“Lo importante es consolidar ese arriendo en el futuro y lograr reservas de producción de al menos diez años, como lo plantea el ministro de Minas. Hoy está en seis. Así que debemos realizar inversión en campos viejos y tener nuevos descubrimientos en adelante, para consolidar el ritmo que hemos tenido en los últimos años”, advierte el presidente de la ACP.

“En los últimos años, como resultado de la revaluación, las exportaciones industriales del país han sido muy volátiles. Si bien es cierto que desde hace unos diez meses vienen creciendo, en buena medida por la reactivación de las relaciones con Venezuela, no se puede perder de vista que entre el año 2007 y el 2010 estuvieron afectadas por el problema de la tasa de cambio y de la revaluación”, expone el académico Ramón Javier Mesa.

Independientemente del aporte minero-energético a la economía colombiana, el 2011 dejó una clara huella sobre el desarrollo y crecimiento, evidenciado por el país en otros sectores. Antioquia, por ejemplo, que representa el 13,4% del PIB nacional y es la segunda región después de Bogotá con un 25,8%, denotó un desarrollo empresarial no visto en la última década. La inversión neta en sociedades en Antioquia registró un incremento del 89% con relación al 2010, lo cual desbordó cualquier otro porcentaje en el país.

“El hecho de que la base empresarial crezca 8%, mientras la economía crece el 5% representa un cambio bien significativo. Que Antioquia tenga mejor dinámica y tasa de crecimiento que Bogotá y el resto del país, también significa mucho”, expone Jaime Echeverri Chavarriaga, vicepresidente de Planeación y Desarrollo de la Cámara de Comercio de Medellín para Antioquia. El dirigente argumenta que estas dinámicas positivas son el reflejo de las estrategias, la formalización y el emprendimiento implementados en los últimos diez años, los cuales sí rinden sus frutos, esto se evidencia con el incremento en el número de empresas por habitante en la región antioqueña.




INFRAESTRUCTURA:

 LA GRAN DEUDA 

El retraso en la infraestructura y en el desarrollo logístico del país contrastan irónicamente con la reciente bonanza económica. “Cabe señalar que Colombia ha aumentado ostensiblemente sus exportaciones con la misma infraestructura de los últimos 15 años. Es decir, en este momento Colombia ha visto cómo han crecido sus exportaciones más por el efecto de los precios internacionales del petróleo y los minero- energéticos, que por una mejora de su capacidad logística”, asevera Ramón Javier Mesa Callejas, magíster en Economía.

Pese a que la industria petrolera en el 2011 recibió una inversión extranjera cercana a los USD $5.700 millones y se perforaron 126 pozos A3, la producción está creciendo hoy al 16% anual, con lo cual se ha postergado la fecha de autoabastecimiento hasta el 2019; el sector petrolero, al igual que todos los demás, también sufre por la infraestructura caduca del país.
“Dado que el ritmo de crecimiento en la capacidad de transporte no ha sido el mismo del incremento en la capacidad de producción, hemos tenido algunos cuellos de botella de transporte y hemos tenido que utilizar las carreteras. Eso nos ha generado problemas porque no son adecuadas para manejar dicho transporte pesado. Sin embargo, se está invirtiendo en ampliar la capacidad de transporte existente y construir nuevas vías. En los próximos dos o tres años vamos a ver un incremento importante”, manifiesta Alejandro Martínez, presidente de la ACP.


¿Qué ha hecho la industria colombiana para ganar terreno ante sus competidores?
“La industria colombiana ha sido un aliado estratégico y fundamental en las negociaciones de los tratados de libre comercio que recientemente ha firmado el país. Tal vez esa sea una de las grandes ventajas competitivas que ha ayudado a construir la industria colombiana frente a sus competidores. La búsqueda de nuevos mercados le ha permitido al país diversificar su portafolio de productos y es allí donde Colombia puede empezar a diferenciarse, ya que la única manera de competir en esos nuevos mercados es con calidad y servicio”.

La industria colombiana tiene muchos retos frente a los tratados firmados, pero el avance tecnológico y más aún el valioso recurso humano con el que contamos en el país nos dan un parte de tranquilidad frente a los retos que enfrentamos; estoy seguro de que serán muchas más las empresas que estén al nivel de los retos planteados y mucho menos las que tengan que salir del mercado porque no satisfacen las necesidades de sus clientes”.

¿Cómo ha logrado Colombia suplir sus falencias logísticas y las fallas en la infraestructura, con el fin de impulsar sus negocios y economía?

“Tal vez el mayor reto que tenemos en el país para impulsar aún más la industria es precisamente la infraestructura. La solución definitiva va a tomar muchos años y lo que se ha venido haciendo, aunque apunta en la dirección correcta, ha sido tan lento y demorado que ha impedido que la industria colombiana haya tenido mejores resultados. Los industriales colombianos han tenido que recurrir a su ingenio para optimizar costos en otras áreas diferentes a la logística para seguir siendo competitivos”.

“La revaluación del dólar sigue jugando en contra de muchas industrias y de nuevo la presión para reducir costos y optimizar la operación sigue siendo el pan de cada día. La tecnología ha jugado un papel fundamental en todas estas iniciativas y ha compensado en alguna medida los retos que la infraestructura del país ofrece. Debemos seguir invirtiendo en la incorporación de mejores prácticas para hacerles frente a las oportunidades y amenazas que presentan los recientes tratados”.


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